Preparación durante todo el año

Someter al cuerpo a un esfuerzo sin la preparación adecuada podría causar problemas. La recomendación es prepararse físicamente para cargar. Hacer abdominales, trabajar espalda baja, hombros y brazos durante el año. Esto fortalecerá la musculatura para cualquier tipo de actividad.

Se estima que cada persona carga un aproximado de 40 libras durante el cortejo procesional, pero podría variar. No es recomendable cargar más de 65 o 75 libras.

Entre

1,200

1,500

a

libras oscila el peso de un anda.

El peso

Las andas requieren de un peso para que al cargarla se tenga un vaivén.

El peso depende del mueble, regularmente de cedro, y del adorno que tengan.

Protegerse e hidratarse

Las jornadas son largas y algunas superan las 12 horas. Mantenerse hidratado es importante. Tomar suficiente agua desde días antes, durante el cortejo y después.

También se recomienda el uso de gorras y protectores solares.

Calzado

Es importante utilizar un calzado apropiado, bajo y cómodo. De preferencia llevar los zapatos que utilizará el día en que se toma medidas en el cartabón para saber en qué parte del anda le corresponderá cargar. Si utiliza un calzado diferente al día de las medidas, no estará en el lugar que le corresponde. Cuando la diferencia de estatura es demasiada, se entra a cargar en una mala posición porque la espalda está torcida. El calzado oportuno también evitará ampollas, que en el caso de los pacientes diabéticos incluso podría convertirse en úlceras.

A las mujeres se les recomienda, de preferencia tacones bajos o tacón corrido.

La posición y otros detalles

Se debe tener una correcta posición para cargar. Esto permitirá la mejor distribución del peso.

Cuando el anda empieza a pesar, duele, y por lo regular se arquea la espalda hacia afuera de forma que el bolillo termina en la orilla del hombro. Ahí se puede dañar la articulación.

El cambio en el eje de la columna, al no estar recto podría desarrollar lumbago o dolor en la zona lumbar. También se suman problemas de rodillas y el dolor de los pies por el calzado que se usa.

Algunas personas podrían sufrir una ulceración o contusión en el hombro. Manténgase lo más recto posible.

Si se cansa demasiado, agáchese con toda la columna, baje un poco las rodillas y con las piernas vuelva a enderezarse, no mueva solo el hombro.

Cuando se necesita bajar con las manos procesiones con un peso elevado se recomienda encuclillarse y subir con las piernas. Nunca hacerlo dejándole todo el peso a la espalda. Algunas hermandades utilizan rodos para bajar las andas en ciertas oportunidades.

Las horquillas y otros elementos

Las horquillas ayudan a equilibrar el cuerpo. Al utilizarla siempre tómela por la parte de abajo y no ponga el dedo en la parte superior. Si existe una emergencia, su dedo quedaría atrapado y podría convertirse en una lesión severa o incluso una amputación.

No llevar niños cargados o bajo el anda. Al hacerlo se distribuye mal el peso y en una emergencia se pone en riesgo la seguridad del pequeño, aunque el reflejo sea protegerlo. Tampoco es recomendable que se ubique a los niños debajo de las andas.

Evite cargar si…

Tiene diabetes descontrolada.

Si padece de presión arterial alta.

Cuando presenta problemas de espalda.

¿Está lesionado?

Entre los dolores más frecuentes después de una procesión están los de rodillas, columna lumbar y los hombros, por la presión del bolillo. A veces se presentan horas después del esfuerzo. Se sugiere visitar al médico para recibir un tratamiento adecuado. Otro de los errores es que en ocasiones se cree que es un lumbago y se toman analgésicos, se complica y no se le da seguimiento.

Como alternativa se puede utilizar un cinturón como lo hacen las personas que levantan pesas, para compensar el peso. El uso del cinturón ancho le da solidez a la región lumbar.

Foto: Santo Domingo ayer, hoy y siempre.

En 1904 las procesiones dieron un giro importante y más de una década después pasaron a 18 y 20 cargadores. En la década de 1950 se utilizaron andas de 50 a 80 cargadores. Treinta años después pasaron a ser del tamaño que las observamos actualmente, la más grande del país es El Calvario, con 140 brazos.

Infografía: Esteban Arreola e Ingrid Reyes

Fuentes: Arturo Monsanto, médico general y bombero. Manuel Antonio Aguilar, médico y cirujano, con especialidad en traumatología y ortopedia. Ebanistas: Francisco Arias y Jorge Enríquez, Apoyo: Néstor Galicia y Fernanda Miranda.

Preparación durante todo el año

Someter al cuerpo a un esfuerzo sin la preparación adecuada podría causar problemas. La recomendación es prepararse físicamente para cargar. Hacer abdominales, trabajar espalda baja, hombros y brazos durante el año. Esto fortalecerá la musculatura para cualquier tipo de actividad.

Se estima que cada persona carga un aproximado de 40 libras durante el cortejo procesional, pero podría variar. No es recomendable cargar más de 65 o 75 libras.

Entre

1,200

1,500

a

libras oscila el peso de un anda.

El peso

Las andas requieren de un peso para que al cargarla se tenga un vaivén.

El peso depende del mueble, regularmente de cedro, y del adorno que tengan.

Protegerse e hidratarse

Las jornadas son largas y algunas superan las 12 horas. Mantenerse hidratado es importante. Tomar suficiente agua desde días antes, durante el cortejo y después.

También se recomienda el uso de gorras y protectores solares.

Calzado

Es importante utilizar un calzado apropiado, bajo y cómodo. De preferencia llevar los zapatos que utilizará el día en que se toma medidas en el cartabón para saber en qué parte del anda le corresponderá cargar. Si utiliza un calzado diferente al día de las medidas, no estará en el lugar que le corresponde. Cuando la diferencia de estatura es demasiada, se entra a cargar en una mala posición porque la espalda está torcida. El calzado oportuno también evitará ampollas, que en el caso de los pacientes diabéticos incluso podría convertirse en úlceras.

A las mujeres se les recomienda, de preferencia tacones bajos o tacón corrido.

La posición y otros detalles

Se debe tener una correcta posición para cargar. Esto permitirá la mejor distribución del peso.

Cuando el anda empieza a pesar, duele, y por lo regular se arquea la espalda hacia afuera de forma que el bolillo termina en la orilla del hombro. Ahí se puede dañar la articulación.

El cambio en el eje de la columna, al no estar recto podría desarrollar lumbago o dolor en la zona lumbar. También se suman problemas de rodillas y el dolor de los pies por el calzado que se usa.

Algunas personas podrían sufrir una ulceración o contusión en el hombro. Manténgase lo más recto posible.

Si se cansa demasiado, agáchese con toda la columna, baje un poco las rodillas y con las piernas vuelva a enderezarse, no mueva solo el hombro.

Cuando se necesita bajar con las manos procesiones con un peso elevado se recomienda encuclillarse y subir con las piernas. Nunca hacerlo dejándole todo el peso a la espalda. Algunas hermandades utilizan rodos para bajar las andas en ciertas oportunidades.

Las horquillas y otros elementos

Las horquillas ayudan a equilibrar el cuerpo. Al utilizarla siempre tómela por la parte de abajo y no ponga el dedo en la parte superior. Si existe una emergencia, su dedo quedaría atrapado y podría convertirse en una lesión severa o incluso una amputación.

No llevar niños cargados o bajo el anda. Al hacerlo se distribuye mal el peso y en una emergencia se pone en riesgo la seguridad del pequeño, aunque el reflejo sea protegerlo. Tampoco es recomendable que se ubique a los niños debajo de las andas.

Evite cargar si…

Tiene diabetes descontrolada.

Si padece de presión arterial alta.

Cuando presenta problemas de espalda.

¿Está lesionado?

Entre los dolores más frecuentes después de una procesión están los de rodillas, columna lumbar y los hombros, por la presión del bolillo. A veces se presentan horas después del esfuerzo. Se sugiere visitar al médico para recibir un tratamiento adecuado. Otro de los errores es que en ocasiones se cree que es un lumbago y se toman analgésicos, se complica y no se le da seguimiento.

Como alternativa se puede utilizar un cinturón como lo hacen las personas que levantan pesas, para compensar el peso. El uso del cinturón ancho le da solidez a la región lumbar.

Foto: Santo Domingo ayer, hoy y siempre.

En 1904 las procesiones dieron un giro importante y más de una década después pasaron a 18 y 20 cargadores. En la década de 1950 se utilizaron andas de 50 a 80 cargadores. Treinta años después pasaron a ser del tamaño que las observamos actualmente, la más grande del país es El Calvario, con 140 brazos.

Infografía: Esteban Arreola e Ingrid Reyes

Fuentes: Arturo Monsanto, médico general y bombero. Manuel Antonio Aguilar, médico y cirujano, con especialidad en traumatología y ortopedia. Ebanistas: Francisco Arias y Jorge Enríquez, Apoyo: Néstor Galicia y Fernanda Miranda.

Preparación durante todo el año

Someter al cuerpo a un esfuerzo sin la preparación adecuada podría causar problemas. La recomendación es prepararse físicamente para cargar. Hacer abdominales, trabajar espalda baja, hombros y brazos durante el año. Esto fortalecerá la musculatura para cualquier tipo de actividad.

Se estima que cada persona carga un aproximado de 40 libras durante el cortejo procesional, pero podría variar. No es recomendable cargar más de 65 o 75 libras.

Entre

1,200

1,500

a

libras oscila el peso de un anda.

Las andas requieren de un peso para que al cargarla se tenga un vaivén.

El peso depende del mueble, regularmente de cedro, y del adorno que tengan.

Protegerse e hidratarse

Las jornadas son largas y algunas superan las 12 horas. Mantenerse hidratado es importante. Tomar suficiente agua desde días antes, durante el cortejo y después.

También se recomienda el uso de gorras y protectores solares.

Calzado

Es importante utilizar un calzado apropiado, bajo y cómodo. De preferencia llevar los zapatos que utilizará el día en que se toma medidas en el cartabón para saber en qué parte del anda le corresponderá cargar. Si utiliza un calzado diferente al día de las medidas, no estará en el lugar que le corresponde. Cuando la diferencia de estatura es demasiada, se entra a cargar en una mala posición porque la espalda está torcida. El calzado oportuno también evitará ampollas, que en el caso de los pacientes diabéticos incluso podría convertirse en úlceras.

A las mujeres se les recomienda, de preferencia tacones bajos o tacón corrido.

La posición y otros detalles

Se debe tener una correcta posición para cargar. Esto permitirá la mejor distribución del peso.

Cuando el anda empieza a pesar, duele, y por lo regular se arquea la espalda hacia afuera de forma que el bolillo termina en la orilla del hombro. Ahí se puede dañar la articulación.

El cambio en el eje de la columna, al no estar recto podría desarrollar lumbago o dolor en la zona lumbar. También se suman problemas de rodillas y el dolor de los pies por el calzado que se usa.

Algunas personas podrían sufrir una ulceración o contusión en el hombro. Manténgase lo más recto posible.

Si se cansa demasiado, agáchese con toda la columna, baje un poco las rodillas y con las piernas vuelva a enderezarse, no mueva solo el hombro.

Cuando se necesita bajar con las manos procesiones con un peso elevado se recomienda encuclillarse y subir con las piernas. Nunca hacerlo dejándole todo el peso a la espalda. Algunas hermandades utilizan rodos para bajar las andas en ciertas oportunidades.

Las horquillas y otros elementos

Las horquillas ayudan a equilibrar el cuerpo. Al utilizarla siempre tómela por la parte de abajo y no ponga el dedo en la parte superior. Si existe una emergencia, su dedo quedaría atrapado y podría convertirse en una lesión severa o incluso una amputación.

No llevar niños cargados o bajo el anda. Al hacerlo se distribuye mal el peso y en una emergencia se pone en riesgo la seguridad del pequeño, aunque el reflejo sea protegerlo. Tampoco es recomendable que se ubique a los niños debajo de las andas.

Evite cargar si…

Tiene diabetes descontrolada.

Si padece de presión arterial alta.

Cuando presenta problemas de espalda.

¿Está lesionado?

Entre los dolores más frecuentes después de una procesión están los de rodillas, columna lumbar y los hombros, por la presión del bolillo. A veces se presentan horas después del esfuerzo. Se sugiere visitar al médico para recibir un tratamiento adecuado. Otro de los errores es que en ocasiones se cree que es un lumbago y se toman analgésicos, se complica y no se le da seguimiento.

Como alternativa se puede utilizar un cinturón como lo hacen las personas que levantan pesas, para compensar el peso. El uso del cinturón ancho le da solidez a la región lumbar.

Foto: Santo Domingo ayer, hoy y siempre.

En 1904 las procesiones dieron un giro importante y más de una década después pasaron a 18 y 20 cargadores. En la década de 1950 se utilizaron andas de 50 a 80 cargadores. Treinta años después pasaron a ser del tamaño que las observamos actualmente, la más grande del país es El Calvario, con 140 brazos.

Infografía: Esteban Arreola e Ingrid Reyes

Fuentes: Arturo Monsanto, médico general y bombero. Manuel Antonio Aguilar, médico y cirujano, con especialidad en traumatología y ortopedia. Ebanistas: Francisco Arias y Jorge Enríquez, Apoyo: Néstor Galicia y Fernanda Miranda.

Preparación durante todo el año

Someter al cuerpo a un esfuerzo sin la preparación adecuada podría causar problemas. La recomendación es prepararse físicamente para cargar. Hacer abdominales, trabajar espalda baja, hombros y brazos durante el año. Esto fortalecerá la musculatura para cualquier tipo de actividad.

Se estima que cada persona carga un aproximado de 40 libras durante el cortejo procesional, pero podría variar. No es recomendable cargar más de 65 o 75 libras.

Entre

1,200

1,500

a

libras oscila el peso de un anda.

Las andas requieren de un peso para que al cargarla se tenga un vaivén.

El peso depende del mueble, regularmente de cedro, y del adorno que tengan.

Protegerse e hidratarse

Las jornadas son largas y algunas superan las 12 horas. Mantenerse hidratado es importante. Tomar suficiente agua desde días antes, durante el cortejo y después.

También se recomienda el uso de gorras y protectores solares.

Calzado

Es importante utilizar un calzado apropiado, bajo y cómodo. De preferencia llevar los zapatos que utilizará el día en que se toma medidas en el cartabón para saber en qué parte del anda le corresponderá cargar. Si utiliza un calzado diferente al día de las medidas, no estará en el lugar que le corresponde. Cuando la diferencia de estatura es demasiada, se entra a cargar en una mala posición porque la espalda está torcida. El calzado oportuno también evitará ampollas, que en el caso de los pacientes diabéticos incluso podría convertirse en úlceras.

A las mujeres se les recomienda, de preferencia tacones bajos o tacón corrido.

La posición y otros detalles

Se debe tener una correcta posición para cargar. Esto permitirá la mejor distribución del peso.

Cuando el anda empieza a pesar, duele, y por lo regular se arquea la espalda hacia afuera de forma que el bolillo termina en la orilla del hombro. Ahí se puede dañar la articulación.

El cambio en el eje de la columna, al no estar recto podría desarrollar lumbago o dolor en la zona lumbar. También se suman problemas de rodillas y el dolor de los pies por el calzado que se usa.

Algunas personas podrían sufrir una ulceración o contusión en el hombro. Manténgase lo más recto posible.

Si se cansa demasiado, agáchese con toda la columna, baje un poco las rodillas y con las piernas vuelva a enderezarse, no mueva solo el hombro.

Cuando se necesita bajar con las manos procesiones con un peso elevado se recomienda encuclillarse y subir con las piernas. Nunca hacerlo dejándole todo el peso a la espalda. Algunas hermandades utilizan rodos para bajar las andas en ciertas oportunidades.

Las horquillas y otros elementos

Las horquillas ayudan a equilibrar el cuerpo. Al utilizarla siempre tómela por la parte de abajo y no ponga el dedo en la parte superior. Si existe una emergencia, su dedo quedaría atrapado y podría convertirse en una lesión severa o incluso una amputación.

No llevar niños cargados o bajo el anda. Al hacerlo se distribuye mal el peso y en una emergencia se pone en riesgo la seguridad del pequeño, aunque el reflejo sea protegerlo. Tampoco es recomendable que se ubique a los niños debajo de las andas.

Como alternativa se puede utilizar un cinturón como lo hacen las personas que levantan pesas, para compensar el peso. El uso del cinturón ancho le da solidez a la región lumbar.

Evite cargar si…

Tiene diabetes descontrolada.

Si padece de presión arterial alta.

Cuando presenta problemas de espalda.

¿Está lesionado?

Entre los dolores más frecuentes después de una procesión están los de rodillas, columna lumbar y los hombros, por la presión del bolillo. A veces se presentan horas después del esfuerzo. Se sugiere visitar al médico para recibir un tratamiento adecuado. Otro de los errores es que en ocasiones se cree que es un lumbago y se toman analgésicos, se complica y no se le da seguimiento.

Foto: Santo Domingo ayer, hoy y siempre.

En 1904 las procesiones dieron un giro importante y más de una década después pasaron a 18 y 20 cargadores. En la década de 1950 se utilizaron andas de 50 a 80 cargadores. Treinta años después pasaron a ser del tamaño que las observamos actualmente, la más grande del país es El Calvario, con 140 brazos.

Infografía: Esteban Arreola e Ingrid Reyes

Fuentes: Arturo Monsanto, médico general y bombero. Manuel Antonio Aguilar, médico y cirujano, con especialidad en traumatología y ortopedia. Ebanistas: Francisco Arias y Jorge Enríquez, Apoyo: Néstor Galicia y Fernanda Miranda.